lunes, 16 de febrero de 2015

Monumentos. Iglesia de Santa María Magdalena.

Conocida popularmente como la iglesia de la Magdalena, es un templo religioso de culto católico bajo la advocación de Santa María Magdalena, que se encuentra en la ciudad de Sevilla. 
Fue la antigua iglesia del convento dominico de San Pablo el Real, obra del arquitecto Leonardo de Figueroa, y constituye un magnífico ejemplo de arquitectura barroca sevillana del siglo XVIII. Actualmente es parroquia y sede de la Hermandad Sacramental de la Magdalena, de la Hermandad de Nuestra Señora del Amparo, de la Hermandad de La Quinta Angustia (Jueves Santo) y la Hermandad del Calvario (Madrugada).
El origen de la parroquia de Santa María Magdalena se remonta a la conquista de Sevilla por Fernando III el Santo, rey de Castilla, en el año 1248, momento en que se dividió la ciudad en 24 collaciones o parroquias.
Esta primitiva iglesia fue destruida en 1811 durante la invasión de España por las tropas napoleónicas, conociéndose muy poco de sus características, tan solo algunas referencias escritas. Posteriormente se decide el traslado de la parroquia a la iglesia del convento de los dominicos situada muy próxima a la anterior. A mediados del siglo XIX se constituye definitivamente en parroquia, tras el abandono por los dominicos del convento anexo como consecuencia de las leyes de desamortización.
Esta iglesia fue construida por el arquitecto Leonardo de Figueroa entre los años 1691 y 1709 sobre los restos de otra más antigua de origen medieval.
En su exterior, el templo posee tres puertas, en una de ellas que comunica con el crucero, se encuentra una escultura de Santo Domingo de Guzmán atribuida a Pedro Roldán. La segunda que es la que se utiliza normalmente para acceder a la iglesia, está flanqueada por pilastras sobre las que se levanta un arco de medio punto rematado por esculturas. Es la primitiva puerta mudéjar del templo que fue remodelada en el siglo XVII.
La portada de los pies que da a la calle Cristo del Calvario, es la más interesante desde el punto de vista artístico, si bien se utiliza en contadas ocasiones para el acceso a la iglesia. Está rematada por una magnífica espadaña realizada en 1697 y restaurada en el siglo XX. Bajo la misma se encuentra un gran óculo rodeado por pequeñas esferas de color azul que simbolizan los misterios del rosario. A ambos lados sendos relojes de sol. Sobre la portada se sitúa una escultura de Santo Tomás de Aquino. En su interior, consta de tres naves longitudinales, una transversal, cinco capillas, y el presbiterio. En la nave central, destaca la cúpula octogonal que se remata con una linterna y está decorada en la parte exterior con figuras escultóricas que representan indígenas americanos que simbolizan el importante significado que tuvo la Casa Madre dominica para los territorios americanos de la corona española. Todo el conjunto está rematado por una corona real de hierro forjado.
A ambos lados del presbiterio, se pueden contemplar sendas portadas de mármol rojo, decoradas con columnas salomónicas y las representaciones escultóricas de la Esperanza y la Caridad. Situada a la izquierda del vestíbulo del templo, está formada por la unión de tres antiguas capillas, la de los Medina, la de Rosales y la de los Gómez de Espinosa, las cuales se unieron, cerrándose su comunicación con la nave principal para adquirir el aspecto que ofrece en la actualidad. Destaca este espacio por sus tres interesantes bóvedas ochavadas decoradas con lacerías que datan de alrededor de 1400. Constituye por lo tanto un reducto del primitivo templo mudéjar.

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