lunes, 9 de marzo de 2015

Monumentos. Plaza de España.

La Plaza de España de Sevilla constituye un conjunto arquitectónico encuadrado en el Parque de María Luisa, configura uno de los espacios más espectaculares de la arquitectura regionalista. Se construyó como edificio principal de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 y en sus bancos aparecen representadas todas las provincias de España en paños de azulejos, así como los bustos de españoles ilustres en sus muros.
La Plaza de España constituyó el proyecto más emblemático de la Exposición Iberoamericana del año 1929. Fue proyectada por el arquitecto sevillano Aníbal González, que también era arquitecto director del evento expositivo, fue ayudado por un buen conjunto de colaboradores, entre los que se encontraban el ingeniero José Luis de Casso y el arquitecto Aurelio Gómez Millán. Las obras de construcción comenzaron en el año 1914, siendo la primera piedra colocada por Alfonso XIII, y resultando el proyecto más ambicioso y costoso de la Exposición, llegando a trabajar en su construcción mil hombres al mismo tiempo, puede resultar asombroso, cómo una ciudad en situación económica difícil en esos años, se embarcó en un proyecto de semejante magnitud. Algunos aspectos del proyecto suscitaron algunos rechazos, la Academia de Bellas Artes se opuso a la altura prevista de las dos torres que podían rivalizar con la Giralda y el arquitecto francés Jean-Claude Nicolas Forestier, diseñador del Parque de María Luisa, rechazaba la construcción de la ría que rodea la plaza, para una ciudad con gran escasez de agua como Sevilla. En 1926, tras la dimisión de Aníbal González de su cargo de director de la Exposición debido a continuos recortes en el presupuesto, asume la finalización del proyecto el arquitecto Pedro Sánchez Nuñez. Por su parte, es el arquitecto Vicente Traver quien termina los cerramientos del recinto y añade la fuente del centro de la Plaza.
La construcción de la plaza fue auditada por el propio Rey Alfonso XIII, que se hizo a sí mismo responsable de vigiliar la adecuada marcha de buena parte de proyectos de la Exposición.
En 1928, el mismo Alfonso XIII despachó varios asuntos en la Plaza relativos a la construcción de pabellones y, al contemplar el conjunto de la Plaza de España, afirmó: "Señores, yo sabía que esto era bonito, pero no tanto".
La plaza es de grandes dimensiones (200 metros de diámetro), tiene una forma semielíptica, que simboliza el abrazo de España y sus antiguas colonias y mira hacia el río Guadalquivir como camino a seguir hacia América.
Su superficie total es de 50 000 m² cuadrados aproximadamente, de los que 19 000 están edificados y los 31 000 restantes son espacio libre, está bordeada por un canal que recorre 515 m y es atravesado por cuatro puentes. Los edificios que envuelven la plaza se estructuran en un edificio central, alas con edificaciones intermedias que compensan una excesiva longitud y torres en los extremos. Esta planta responde de forma muy cercana al esquema formal del tipo de villa palladiana con alas curvas, como la Villa Badoer de Fratta Polesine o Villa Trissino en Meledo, mostradas por el arquitecto italiano Andrea Palladio en sus Cuatro libros de la arquitectura, que Aníbal González conocía.
La construcción está realizada con ladrillo visto y amplia decoración de cerámica, artesonados, hierro forjado y repujado y mármol labrado, que dan al conjunto un ambiente renacentista, según los escritos de Aníbal González su inspiración para diseñar la plaza había sido el Renacimiento español, modernizándolo. Las dos torres que flanquean la plaza que proporcionan un ambiente de estilo barroco miden 74 metros de altura, y crearon disgusto entre los académicos por rivalizar en altura con la Giralda.
La fuente central, obra de Vicente Traver, ha sido muy cuestionada porque rompe la rotundidad de vacío de la plaza. El canal que contiene es cruzado por 4 puentes que representan los 4 antiguos reinos de España (León, Castilla, Aragón y Navarra).
En las paredes de la plaza se encuentra una serie de 48 bancos que representan a cuarenta y seis provincias españolas peninsulares -todas excepto Sevilla- y los dos archipiélagos -Canarias y Baleares-, con su escudo, mapa y un paño de azulejo pisano con hechos históricos destacados de la provincia o archipiélago representado, colocados en orden alfabético. Estos bancos se encuentran en cuatro tramos, y al principio y final de cada uno de ellos, se encuentra un paño de azulejo pisano relativo a la provincia de Sevilla.
Otros detalles a destacar de la obra son sus múltiples relieves realizados todos por el escultor Pedro Navia, pudiéndose contemplar:
  • Seis ventanas renacentistas.
  • El escudo de Sevilla adornando la puerta de Navarra y Aragón.
  • Las 24 águilas imperiales con el escudo de su majestad Carlos I.
  • Los 48 medallones con el busto de españoles ilustres sobre cada arco que comprende cada provincia.
  • Los cuatro heraldos de tres metros de altura, representando a los antiguos reinos, flanquean las dos torres que encuadran el palacio situado en el paseo superior del recinto.
En los últimos años, la plaza de España ha sufrido un importante proceso de restauración que finalizó el pasado 17 de octubre de 2010 con una serie de actos conmemorativos para su reinauguración. Con estas actuaciones se pretendió recobrar la imagen con la que fue concebida por su autor, Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, incluyendo la recuperación de veinte farolas de cerámica y de fundición que, imitando a las que entonces formaron parte de la plaza y que luego desaparecieron, jalonan de nuevo sus balaustradas. Así mismo, se recuperó la ría con su llenado e instalaron sobre ella sus tradicionales barcas de alquiler.
Meses después de la restauración fue colocado un monumento al arquitecto Aníbal González frente a la plaza.

lunes, 23 de febrero de 2015

Monumentos. Huevo de Colón.

El nacimiento del hombre nuevo, conocido popularmente como El Huevo de Colón, es una gran escultura situada en el Parque de San Jerónimo, del barrio con el mismo nombre. El parque tiene su origen en los viveros que se colocaron en este lugar para abastecer de plantas a la Expo 92 y para aclimatar las plantas que llegaban de todo el planeta con destino a la muestra. Tras finalizar la exposición, se arregló como parque, con una superficie de unos 148 000 m².
Es la mayor escultura de bronce que hay en la ciudad de Sevilla, con una altura de 32 metros, obra del escultor ruso de origen georgiano, llamado Zurab Tsereteli fechado en 1995, fue una donación del ayuntamiento de Moscú a la ciudad de Sevilla, siendo inaugurada por la infanta Elena de Borbón y Grecia en octubre de 1995.
El conjunto, llegó por mar hasta la ciudad de Santurce, desde donde fue trasladada por carretera hasta Sevilla en siete tráiler y dos vehículos especiales para las piezas de mayores dimensiones.
El conjunto titulado "El nacimiento del Hombre nuevo", es conocido popularmente por su aspecto con el nombre de "El Huevo de Colón". El conjunto es un gran Huevo formado por las velas de las naves del almirante, en cuyo interior, se sitúa una estatua de Cristóbal Colón, el cual sostiene un mapa desenrollado desde una mano a otra, y sobre el cual, se disponen las tres carabelas.
Tras un accidentado montaje, y retrasos en su recepción e inauguración, sufrió inicialmente el expolio, vandalismo, e incluso, del robo de las planchas de bronce que forman el huevo. Estos daños, fueron reparados a partir de febrero de 2000, permaneciendo la obra en el mismo emplazamiento.

domingo, 22 de febrero de 2015

Monumentos. Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves. (La Rinconada, Sevilla)

La iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, se encuentra situada en la calle Jesús Nazareno, número 2, de esta localidad, siendo la sede canónica de la parroquia homónima. 
Es un interesante templo de estilo gótico-mudéjar que debió terminarse a principios del siglo XVI, época en la que se pueden fechar las portadas laterales, realizadas en estilo gótico tardío y actualmente poco visibles tras las reformas posteriores.
El templo sufrió los efectos del terremoto de Lisboa del año 1755, siendo reedificado posteriormente con la intervención de distintos arquitectos, entre los que figura Pedro de Silva.
El ábside de la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves estuvo cubierto durante un siglo y medio con la casa del cura. En el año 2003 el sacerdote titular de la parroquia, Florencio Bernal Barriuso, demolió la dicha casa (con extraordinario criterio) y dejó al descubierto el bello ábside.
En su exterior cuenta con una planta rectangular y con cabecera poligonal, consta de tres naves de tres tramos que quedan separadas mediante arcos apuntados que se apoyan sobre columnas de acarreo de granito y mármol, de origen romano, mostrando bases y capiteles de gran variedad decorativa.
El presbiterio o cabecera está descentrada, y se cubre con bóveda de crucería de factura gótica, quedando al exterior rematada por almenas; mientras que la nave central lo hace a través de armadura mudéjar y las laterales con techumbre de colgadizo. La portada del muro izquierdo, con dos arquivoltas apuntadas, es del siglo XV y está realizada en ladrillo; muestra en el muro dos placas de ascendencia visigoda decorada con motivos geométricos.
La torre es del siglo XVIII y se sitúa a la izquierda de la portada situada a los pies del templo, que es de factura moderna. De ese mismo siglo es la sacristía y las dependencias parroquiales.
Mucho después, en la primera mitad del siglo XX le fue añadida una capilla de planta cuadrada y estilo neogótico, levantada a los pies del templo por Juan Talavera en el año 1925.

lunes, 16 de febrero de 2015

Monumentos. Iglesia de Santa María Magdalena.

Conocida popularmente como la iglesia de la Magdalena, es un templo religioso de culto católico bajo la advocación de Santa María Magdalena, que se encuentra en la ciudad de Sevilla. 
Fue la antigua iglesia del convento dominico de San Pablo el Real, obra del arquitecto Leonardo de Figueroa, y constituye un magnífico ejemplo de arquitectura barroca sevillana del siglo XVIII. Actualmente es parroquia y sede de la Hermandad Sacramental de la Magdalena, de la Hermandad de Nuestra Señora del Amparo, de la Hermandad de La Quinta Angustia (Jueves Santo) y la Hermandad del Calvario (Madrugada).
El origen de la parroquia de Santa María Magdalena se remonta a la conquista de Sevilla por Fernando III el Santo, rey de Castilla, en el año 1248, momento en que se dividió la ciudad en 24 collaciones o parroquias.
Esta primitiva iglesia fue destruida en 1811 durante la invasión de España por las tropas napoleónicas, conociéndose muy poco de sus características, tan solo algunas referencias escritas. Posteriormente se decide el traslado de la parroquia a la iglesia del convento de los dominicos situada muy próxima a la anterior. A mediados del siglo XIX se constituye definitivamente en parroquia, tras el abandono por los dominicos del convento anexo como consecuencia de las leyes de desamortización.
Esta iglesia fue construida por el arquitecto Leonardo de Figueroa entre los años 1691 y 1709 sobre los restos de otra más antigua de origen medieval.
En su exterior, el templo posee tres puertas, en una de ellas que comunica con el crucero, se encuentra una escultura de Santo Domingo de Guzmán atribuida a Pedro Roldán. La segunda que es la que se utiliza normalmente para acceder a la iglesia, está flanqueada por pilastras sobre las que se levanta un arco de medio punto rematado por esculturas. Es la primitiva puerta mudéjar del templo que fue remodelada en el siglo XVII.
La portada de los pies que da a la calle Cristo del Calvario, es la más interesante desde el punto de vista artístico, si bien se utiliza en contadas ocasiones para el acceso a la iglesia. Está rematada por una magnífica espadaña realizada en 1697 y restaurada en el siglo XX. Bajo la misma se encuentra un gran óculo rodeado por pequeñas esferas de color azul que simbolizan los misterios del rosario. A ambos lados sendos relojes de sol. Sobre la portada se sitúa una escultura de Santo Tomás de Aquino. En su interior, consta de tres naves longitudinales, una transversal, cinco capillas, y el presbiterio. En la nave central, destaca la cúpula octogonal que se remata con una linterna y está decorada en la parte exterior con figuras escultóricas que representan indígenas americanos que simbolizan el importante significado que tuvo la Casa Madre dominica para los territorios americanos de la corona española. Todo el conjunto está rematado por una corona real de hierro forjado.
A ambos lados del presbiterio, se pueden contemplar sendas portadas de mármol rojo, decoradas con columnas salomónicas y las representaciones escultóricas de la Esperanza y la Caridad. Situada a la izquierda del vestíbulo del templo, está formada por la unión de tres antiguas capillas, la de los Medina, la de Rosales y la de los Gómez de Espinosa, las cuales se unieron, cerrándose su comunicación con la nave principal para adquirir el aspecto que ofrece en la actualidad. Destaca este espacio por sus tres interesantes bóvedas ochavadas decoradas con lacerías que datan de alrededor de 1400. Constituye por lo tanto un reducto del primitivo templo mudéjar.

lunes, 9 de febrero de 2015

Monumentos. La Torre del oro.

La Torre del oro de Sevilla, es una torre albarrana situada en el margen izquierdo del río Guadalquivir, en la ciudad de Sevilla, junto a la plaza de toros de la Real Maestranza. Su altura es de 36 metros. Posiblemente su nombre en árabe era Bury al-dahab, Borg al Azahar, o Borg-al-Azajal por su brillo dorado que se reflejaba sobre el río. Durante las obras de restauración de 2005, se demostró que este brillo, que hasta entonces se atribuía a un revestimiento de azulejos, era debido a una mezcla de mortero de cal y paja prensada.
Esta torre está formada por tres cuerpos, el primer cuerpo, dodecagonal, fue construido entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà. El segundo cuerpo, también dodecagonal, fue mandado construir por Pedro I el cruel en el siglo XIV. El cuerpo superior, cilíndrico y rematado en cúpula, fue construido en 1760, por el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht.
Fue declarada monumento histórico-artístico en el año 1931 y ha sido restaurada varias veces. En la Edad Contemporánea fue restaurada en 1900, entre 1991 y 1992, en 1995 y en 2005. En su conservación ha sido importante la labor de la Armada. La torre está en buen estado de conservación y acoge el Museo Naval de Sevilla.
Fue construida entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà, con una base dodecagonal. Cerraba el paso al Arenal mediante un tramo de muralla que la unía con la Torre de la Plata, que formaba parte de las murallas de Sevilla que defendían el Alcázar.
Tras ser conquistada, se utilizó como capilla dedicada a San Isidoro de Sevilla. Más tarde se utilizó como prisión. Es completamente falsa la leyenda que presenta la torre como almacén del oro y la plata venidos de América.
Se llamó Torre del Oro desde la época almohade, el propio Alfonso X cuando narra la conquista de Sevilla ya la nombra como Torre del Oro, claramente por el brillo producto del mortero de cal y paja que presentaba. A pesar de ello, existen varias teorías sobre el nombre del edificio, todas leyendas sin ninguna prueba consistente y por tanto falsas. Muestra de estas leyendas falsas son, por un lado, en el siglo XVI, un cronista llamado Luis de Peraza dice que la torre se encontraba cubierta de azulejos que brillaban con la luz del sol. El mismo cronista añade que el rey Pedro I guardó en la torre tesoros de oro y plata. López de Ayala también habla de que en dicha torre Pedro I guardaba tesoros en monedas de oro y plata. Dada la proximidad de la torre al Muelle de la Aduana durante la conquista de América es habitual decir que se llamaba así porque en ella se almacenaba el oro de América. El oro, claro está, era procesado en la Casa de la Moneda, a varios metros de allí. Lo que también se sabe es que Pedro I guardó en la torre no solamente monedas, sino que tuvo en ella a la hermana de María Coronel, la señora Aldonza Coronel, de la que se enamoró y que sacó en 1357 del Convento de Santa Clara. Ella había solicitado a Pedro I perdón para su esposo, Alvar Pérez de Guzmán, que se encontraba en Aragón, y, aunque al principio no parecía querer, aceptó salir del cenobio y, al estar en el Alcázar Real María Padilla, situó a Aldonza en la torre con unos guardias para que la vigilasen.
En el siglo XVI presentaba un estado ruinoso, por lo que se realizó una obra de consolidación. La torre fue dañada gravemente por el terremoto de Lisboa de 1755, tras lo cual el Marqués de Monte Real propuso su demolición para ensanchar el paseo de coches de caballos y hacer más recto el acceso al puente de Triana; sin embargo, ese proyecto no llegó a realizarse por la oposición del pueblo de Sevilla, que llegaron a anunciárselo al rey, quien intervino. En 1760 se arreglaron los desperfectos macizando la planta inferior de la torre, reforzándola con escombros y mortero, y dejando la puerta del paso de ronda de la muralla como puerta de acceso principal. Ese mismo año se construyó el cuerpo cilíndrico superior, obra del ingeniero militar Sebastián Van der Borcht, artífice también de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla. Estas obras cambiaron el aspecto de la torre respecto al que puede observarse en grabados de los siglos XVI o XVII.
La Revolución de 1868 fue otro momento crítico para la torre, pues los revolucionarios demolieron los lienzos de las murallas y los pusieron en venta, pero la oposición de los hispalenses logró que la torre no se destruyera.
Fue restaurada en 1900 por el ingeniero Carlos Halcón. El 10 de abril de 1923 la torre fue visitada por Alfonso XIII. El 21 de marzo de 1936 se dispuso la instalación en la torre el Museo Marítimo por orden del Ministerio de Marina. En septiembre de 1942 comenzaron las obras de restauración, durante las cuales se mejoraron el aspecto de la fachada y se habilitaron dos plantas para la exhibición del museo y la tercera para alojar investigadores. El 13 de agosto de 1992, en el contexto de la Exposición Universal de Sevilla, se hermanó la Torre del Oro con la Torre de Belem de Lisboa.
El museo se inauguró el 24 de julio de 1944, para lo cual se llevaron 400 piezas del Museo Naval de Madrid. El museo muestra en la actualidad (2008) diversos instrumentos antiguos de navegación y maquetas, además de documentos históricos, grabados y cartas náuticas; y relaciona de Sevilla con el río Guadalquivir y el mar. En 2005 fue nuevamente restaurada.